martes, 8 de mayo de 2012

¡Nian, Nian, Nian!


 [Parte I]



Los humanos eran pequeños simios en dos pies. Cultivaban algunos tubérculos, algunos arbustos que no hubieran de requerir demasiado trabajo. Hubo, durante estos tiempos que ya se han olvidado - los tiempos en que no se contaba el tiempo – hubo una bestia que devoraba a los humanos y destruía sus tímidas cosechas tras períodos específicos.


Siempre se repetía la llegada de esta gran bestia, que emergía de la parte más oscura del mar y se arrastraba rápidamente por su superficie hasta las costas. Algunos pobladores, con el tiempo, comenzaron a pisar sus talones, seguirlo sigilosamente para idear una posible defensa. En verdad, no descubrieron protección alguna, pero sí pudieron dibujarlo en pequeños trocitos de papel hecho a mortero; pocos de esos dibujos llegaron a manos de viejos cronistas: Nian -ellos nos cuentan- tenía cuernos afilados como una espada recién labrada, su cabeza era inmensa y su cuerpo era alargado y escamado; la bestia era el fruto de la unión del dragón de los cielos lejanos y el unicornio, el caballo celestial que sólo pocos habían visto alguna vez. Los humanos, entonces, comenzaron a contar el tiempo en base al ultraje de Nian: luego de sus destrozos tendrían un año de tranquilidad – un año nuevo- hasta el próximo arribo de la bestia.


Un anciano desconocido llegó al pueblo, en la víspera de la llegada del monstruo. Los aldeanos se arrinconaban en los lugares más protegidos de sus casas. El forastero tocó todas sus puertas y habló sin parpadear: dijo que descendía de lejanos lugares, una comarca dulce en la que los demonios ya no existían; dijo que sabía cómo combatir a Nian. Los humanos le desearon buena suerte, pero con el primer rugido de la bestia fueron a refugiarse bajo las cobijas.


Pero, aquellos ruidos habituales de la noche tan temida –mordiscos y rumiadas, destrozos, el sonido de la bestia arrastrándose por el suelo y el aire- fueron interrumpidos por estruendos explosivos, acompañados por luces que entraban por las rendijas de las tablas de madera de las casas. Pero, nadie comprendía bien lo que sucedía. Los gemidos entrecortados de la bestia aumentaron la confusión de los temerosos, que -sin embargo- no se animaron a espiar lo que sucedía por debajo las estrellas. El miedo estaba encarnado en su piel, la tradición los había vuelto seres de espanto.

Y, de pronto, el silencio.

19 comentarios:

  1. Todo vuelve.


    Qué bueno, xaji.
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  2. Curioso.. que El Blog que nadie lee, sea lo mejor que he leido en toda la semana. Y teniendo en cuenta que leer es uno de mis vicios nocturnos, créeme que me encanta.

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  3. me quedo ansiosa porque aparezca, cuanto antes, la parte dos.

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  4. Coincido con Morena, espero la parte dos!

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  5. La única bestia aca, sos vos. Saludos capo

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  6. Muy original historia Xaj, posta.Y con mucha imagen,
    ya que la forma en que vas hilando el texto, me permite imaginar
    todo lo que iba leyendo.
    ¿Se viene parte II?

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  7. Me gusta pensar que estamos exorcizando nuestra parte bestial.

    Gracias por tus palabras, llegan en el momento justo.

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  8. Te iba a preguntar si ese era Harrison...=)

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  9. me gusta tu historia tanto como el nombre que tiene tu blog
    un beso
    muy original

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  10. una vez yo pensé
    "No me quería apresurar a su doble línea amarilla y estaba decidida a no hacerlo. Pero estar en otro mundo era dormir con la bestia. Y dormir con la bestia era como perderle el miedo al agua fría. Era empezar asomando la cabeza y dejar que se me escurriera por la nuca, era meter el cuerpo mientras miraba su palma. En una complicidad innata no había nada que reprochar, un acto casi crepuscular de egoísmo en el que las entrañas se quedaron quieras. La pelvis nunca se había arrastrado por tanta tierra y el aire jamás había estado tan libre de vicios. El placer de pertenencia fue lo más grande de dos seres decidiendo que el alma cicatrice. Siendo legumbres perdidas ¡Ay de mí! ¡Ay de mis noches con la bestia! ¡Qué feliz con su silencio y espacio! Su encarrilamiento, su pendiente traversa. Música de aguijón."

    y leí tu texto y me dije

    será que somos una suerte de afortunados que conocemos la historia de esa bestiecita que anda recorriendo(nos)? un pseudoking-kong del bajo flores
    que todos tenemos atravesado en el medio de la glotis.

    nos seguimos reecontrando, sir. un gusto.

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  11. me transportó a mis relatos de la infancia, la historia sin fin, el anime...
    pero llega el silencio y se me van mas palabras. quiero leer mas :)

    un beso!

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  12. siempre se perciben los hilitos deshilachados, más aún de alguna creación humana, como la lógica. Parece perfecta, exacta, pero es una construcción, y como tal tiene imperfecciones.
    saludos!
    Me gusta tu blog!

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  13. Gracias por pasar por mi blog, te devuelvo la visita... Lindo blog, me gusta lo que escribís :)

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  14. y dejarán de temerle a los monstuos, cuando descubran que en verdad están dentro suyo.

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  15. la foto del señor me hace acordar a la foto de un amigo que conocí hace mucho tiempo en el norte, ya te tengo que pasar la foto, de hecho también el relato me hace acordar, era un viejo muy particular que vivia en un castillo (de adobe) y que estaba siempre muy interesado por lo medieval, y no se, esta historia también tiene algo de eso, de tiempos de paisajes grandes y ciudades cortas y luces bajas o velas , que se yo. igual , eso es para mi. insisto: ya te voy a mostrar.

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  16. Fabuloso este blog ¡¡¡Menos Mal que nadie lo lee jajaja Saludos desde…
    Abstracción textos y Reflexión

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  17. Me ha encantado, sencillamente me ha encantado.
    Pásate por el mío ;)
    Un besote

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  18. Para ser el blog que nadie lee seve bastante movidito

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Gracias por tanto, gracias por todo eso que habrá de venir