miércoles, 30 de abril de 2008

La sociedad de los camiones de basura

Algo huele no demasiado bien...

Cuando era un pibito que leía poco más que la página de los chistes de los diarios, los camiones de basura, esas moles con dispositivos compactadores de desperdicios en su parte
posterior, sólo pasaban de noche, cerca de las 22:15, por la puerta de casa. Recuerdo que en el momento que lo escuchaba llegar, me tapaba los oídos porque su sonido era agudo y filoso, como una aguja oxidada que se retorcía en mi timpano.

Como tantas cosas que uno va normatizando, transformándolo en parte de la rutina y que de tanto ser visto se deja de ver, los camioncitos comenzaron a copar todo horario posible. Hoy están por todos lados, acumulando en su interior basura que generamos felizmente, sin ningún tipo de cautela. Mugre que seguramente irá a parar a una montaña de desperdicios en alguna localidad con poca industria y muchas cuentas por pagar... envases, botellas, tetrabriks, forros y un sinfin de cosas que han perdido su deber ser, encontrarán su nuevo ser en esa montañita de restos.

Y este baile es así: deseá, consumí, tirá. Agarrame de la mano, decime que me amas, mirame la fecha de vencimiento, cambiame por un modelo nuevo, por un ken rubio o una barbie con las lolas mas grandes. Billetera mata galán, no seas gil. Cuantas más minitas te movés, mas capo sos; no seas bolu. Fast food, fast sex, fast todo campeón. No te bajes del tren del progreso, no man, no te bajés.

No hay con qué darle, esta es la sociedad de los camiones de basura. Ellos compactan lo que no queremos ver y esconden la escoria debajo de la alfombra, bien lejos del corazón. Entierran amores, fotos viejas y todos los plásticos que usaste con esa princesa que dejó de mirarte a los ojos. Todo muere. Todo entierra.

viernes, 25 de abril de 2008

Bastantes tardes de aluminio

Nunca un día tan pertinente para esta segunda parte.

No es que esté en una isla en Indochina y que a eso se deba mi ausencia de la blogosfera. Hace una semana que en este laboratorio de extracción de sangre a presión no se para de correr. Que bla, que ble, pero siempre hay algún motivo por el cual no estar tranquilo.

El laburo es eso, plusvalía mediante. Un molde de torta, para contener mejor a esta marea de engrudo y bizcochuelo. Somos grumitos de un pedazo de masa que sólo unos pocos pueden deglutir.

La cantidad de conceptos y valoraciones en las que nadamos todos los días provocan que si uno trabaja, siempre tenga algo, hasta en el bolsillo, de que quejarse... y si no laburás, te quejás de que no podes quejarte. Una situación bastante paranoica.

En fin, hoy las musas se tapan los ojos y no quieren ladrarme demasiado. Es viernes a la tarde y esta mierda aún no se durmió.



Pd: Sil y Ro que me invitan a un simpático jueguito, les prometo que en la segunda mano les juego con las cartas sin marcar.

martes, 22 de abril de 2008

Algunas mañanas de terciopelo

Un poco de tos, debe ser por el humo ahumado...

Son de esas noches que uno no está en ninguna parte. Da lo mismo el afuera o el adentro, somos inmateriales y nuestra existencia se vuelve fluída y superficial. Suele pasar bastante seguido, de tanto buscar ser alguien terminamos convirtiéndonos en esa masa a medio cocer que es el sujeto colectivo...

Hay dos ámbitos interesantes, creo yo, donde nuestra personalidad se somete a los moldes de gelatina donde buscan torcernos los sueños y apaciguar utopías. Uno, el más lógico, es el laburo, ámbito del cual hoy no emitiré opinión alguna por cuestiones de tiempo.

El otro espacio donde la individualidad es violada por el colectivo es "el clima de sábado a la noche". Muchas veces los bolichitos y bares nocturnos son testigos de enormes experimentos sociales. Pavlovs que otorgan botellas de cerveza a cambio de monedas, máquinas que emiten sonidos repetitivos, luces de todos los colores, personitas saltando al desunísono, machos mostrando las plumas y hembras en período de apareamiento. La individualidad grita, ladra con todas sus fuerzas... pero la música está muy fuerte y no podemos oír siquiera nuestros propios ladridos.

Y ahí estás vos, payasito. Entre nenas que te hablan al oído, gente que no conocés demasiado y amigos desperdigados por ahí. Cual video de Primal Scream, me apoyo en la princesa de esa noche y miro al techo... hay tanta humedad acá y nadie, pero nadie, se da cuenta...

viernes, 18 de abril de 2008

ToxiCity

Malvenidos a la Londres del Quinto Mundo. Después de haber tenido la nieve, hoy tenemos la niebla.

Te levantás a medio dormir. No sabés bien si tu vecino está haciendo un asado a las 4 am ó si la cama está en combustión. Prendés la cajita boba y los notimentirosos tampoco dicen demasiado: que es por quema de pastizales (como si nunca hubieran quemado pastitos), que es por el viento (como si nunca hubiera habido vientos), que es por las plantaciones de soja (¿recién ahora se planta soja?), que es porque los piromaníacos son amigotes del intendente (em, como si el amiguismo no existiría hace un largo rato de esta película) .

Levantándote para salir a patear el día, los ojitos te arden, abrís la ventana y ella sólo llora humaredas de polvo. Sentís los pulmones llenos de grasa de avión. La calle parece post Vietnam, gente con ropa en la bocas hipocondríacas y hasta algún barbijo espiando por encima de ciertas mandíbulas. Ninguna historieta interesante puede dibujarse en este mar gris. Las princesas no pueden mostrarse, ensuciarían sus tiaras... una porquería de existencia.

En fin, si no aceptamos la hipótesis de que esto es una conjunción de las causas antes mencionadas, caeríamos en versiones de tinte conspiracionistas o de ciencia ficción cual relato de Dick... podríamos pensar, entonces, que esto es un intento imperialista yankee por testear un nuevo gas mostaza o algun paulatino ataque con armas biológicas de personas con largas barbas. Quizás sea el punto inicial de una afrenta alien por el control de la galaxia.

De todas maneras, lo mas irritante es pensar que esto del humo denso se relaciona mucho con nuestra forma de vida, con o sin gases con partículas en suspensión. Una ciudad tóxica, enferma, que ahoga. Y nosotros, pequeños zombies con los brazos erguidos quejándonos de que el bondi llegue un poco tarde.

miércoles, 16 de abril de 2008

Un montón de letras

Son de esas mañanas que cansan por el sólo hecho de lavarse los dientes. Ayer fue una noche de sábanas y hoy llega el vacío, todo se paga supongo...

El bondi me dicta las rutinas. Nunca se detiene, ya no me sorprende. Llegar tarde a todos lados es lo mismo que tomar café con leche. El laburo me espera con carpetas llenas de telarañas y ruidos, algo que tardé en aceptar al ritmo del "algo hay que vivir".

En este día siquiera puedo guiñarle el ojo a la inspiración.... todo lo que esbozo me parece una sarta de plásticos y papeles viejos. El post anterior lo escupí de un tirón... hoy tengo abierta la pantallita hace 6 horas y las palabras se me ríen en la cara. Bailan, cogen entre sí y dejan los platos para lavar.

Todo se paga man, es así. Una sucesión de fenómenos han sucedido ultimamente. Estoy viendo que metodología usar para desagregarlos. Las "princesas bacanas" se agarran a trompadas con las "inalcanzables" y el referí del destino me grita en la jeta si detiene la pelea.

No la parés maricón, que sea lo que tenga que ser.

viernes, 11 de abril de 2008

Deja Vu

Es así, siempre los mismos gallos que te cantan las cuarenta y ocho.

Que vos sabés que ella está en la suya, que no le importás demasiado, que sos sólo un nimio numerito en el celular y un par de letras en el msn que dice pavadas filochonficas... que quizás pasa por acá, es un lugar donde viene cada tanto.

- "¿Está de novia? "-Bah, que importa, ella siempre está acompañada, un banco de suplentes más grande que la Roma, la verdad que no vale la pena preocuparse...

Que pun, que pan, que me enredo en miradas femeninas, que me rifo muchachas, el 4 de copas en mi mano y unas ganas tremendas de brillar. Hablando con gentuza, la veo... es ella, hermosa, no da ir, no... no da. Después de este fernet, sí, con el vaso a medio tomar, símbolo de noche que empieza y busca morir en brazos de princesa.... no man, no da, no... pero las ganas son más, si, es ella, justo ahí, en ese bar de gente de barrio mostrando las plumas enyesadas...

Knock Out campeón. Uno suele patear siempre las mismas latas. Caminar calles en las que conocemos tan bien las baldozas. Guerras con el final cantado. Hay que aceptar que a veces que somos boxeadores de causas perdidas nomás. Y lo posible... lo posible no es para mi... dejalo para Marzo.

martes, 8 de abril de 2008

Gualicho de olvidar

Tengo una historieta que contarles.

Hace un tiempo, cuando recién empezaba sacar las plumas y a leer el diario en su totalidad, me picó el bichito ese que nos pica a todos los mortales a eso de los 10-11 años, el bicho de la música. Como la mayoría de la gente, empecé mi recorrido entre las notas por bandas olvidables y de poco interés. De a poco, la providencia me fue acurrucando a bandas y personitas de otro planeta, como Beatles, Doors, Floyd, Aerosmith, Janis, Spinetta, Charly, Redondos, tantos otros.

Como tantos otros pibitos con sueños de rock, la guitarra llegó a mis manos. Rasgeos inocentes y riffs a lo skay. La armónica me tocó la puerta un día nublado y no se fue más de mi paladar. La batería llegó silbando, pateando latas por las calles del barrio. Bajo el sol del verano adolescente, formamos una banda con mis amigos, por la que fuimos rotando en los instrumentos cual equipo de voley a la voz de "rotaciónnn". Fueron tiempos divertidos, de pantalones cortos, remeras negras y amigas que decían que sonábamos lindo.

Duró lo que dura un sueño. Por decisiones y caminos que uno decide tomar, me bajé del carro cuando la facu me pateó el tablero, cambié las salas de ensayo por parciales a fin de cuatrimestre...
Unos días atrás fui a ver en lo que derivó la banda de los muchachos, ya tienen su segundo disco en bateas y suenan cada día mejor.

"Gualicho de olvidar, apretado en las manos
Las despedidas son, de esos dolores dulces"

El sol de la mañana siguiente sólo cantaba esa canción.

viernes, 4 de abril de 2008

Todavía una canción de amor

No pasó mucho tiempo, hasta que los días me hicieron tropezarme con ella de nuevo.

Garuaba. Era una noche bastante fresca, de esas que dan ternura hasta de sonarse la naríz. Una vuelta a casa, cosas para leer en la mochila y ojos cansados de ver lo que todos ven. Me la crucé hablando con su novio por celular; los dos coincidimos en caminar para el refugio de la latita urbana. El transporte llegó y subimos los peldaños de acero.

Las palabras, como siempre, tardaban en salir. Pero el silencio no nos molestaba, creo que nos unía más. Escuchamos juntos un tema de los Rodriguez que escogí de manera adrede, haciéndole creer que se había reproducido de manera aleatoria...

"Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte,
que no salgo a buscarte porque sé que corro el riesgo de encontrarte;
que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor;
que te sigo debiendo todavía una canción de amor..."

Un colectivo nunca tuvo tanta paz. Se acercaba mi descenso, pero preferí cerrar los ojos y sentir el aroma que salía de su cabecita. Cuando la canción terminó abrí los ojos, estaba a dos cuadras de casa, ella dormía. La desperté para saludarla, abrió los ojos, le saqué el auricular de la orejita como si estuviera tocando un terciopelo. Sonrió y me dió un beso muy cerca de mi boca...

... te sigo debiendo todavía una canción de amor...