lunes, 14 de abril de 2014

Dijo llamarse Nuria



Ahora, caliente bajo mis pies.
Un marco vacío.
Una historia contada,
Alguna vez.

Que ya no es,
Que ella no es,
más,
Y nunca ha sido

El trabajo como cruel realidad.
Tristezas pegotes en el colectivo y,
-¡abrí, porque no se puede respirar!-
¿Por qué no se puede
 respirar?

.

¡Salir!
Alejarse de los motores de mala combustión,
Conocer aquel pasto que nace fuera de las macetas,
Ver al sol que no es tapado.
Sueño, uno. El mío.

Pegarle a las palomas, con el paraguas,
o los pies, o los zapatos; oh, rito urbano,
Ya no las vemos,
Ya no importa,
no.

Hacer un gesto.
Vos sos,
vos sos mi bondi
¡Vos!
.
.
.