jueves, 28 de mayo de 2015

Manifiesto frente al mundo (y, un breve adiòs)


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Y, qué hay más allá de la línea del horizonte.
O, detrás de la palma de la mano.
¡Ay, mundo!
Cómo te han
Cómo te hemos
convertido en esto.

Verse en el espejo que no deseamos, es morir un poco,
es dar paso a lo que tenemos que ser.

¡Hacer algo! El camino es tan largo.
Y aún, no más que un paso, hemos dado.

Y, te lo cuento, tierra.
No quiero ser, como la gente es.

Como le han enseñado a ser.
Como nos han dicho, a vos
y a mi.

No quiero usar, ni tirar.
No quiero comprar, no quiero sus botellas ni sus bolsas.
No quiero usarte, ni tirarte.

Hacer.
Hacer lo que amamos hacer.
Sólo lo que amamos hacer.

Hacer lo que amamos.
Y antes, aprender a hacer.
Y antes, aprender a amar.

Y, saber aprender a saber lo que amás.
Y, saber aprender a saber lo que nadie puede decirte.

No quiero dejar de mirar.
No quiero dejar de sentir,
y oler, y sonreir.

Y mirar a los ojos a los demás
a todos los demás
y ser todas ellas
y ser todos ellos.

Aprender es prender la luz interna.

Nos han dicho que somos cabeza,
más somos cuerpo,
piel
y corazón.

Sólo piel
y corazón
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Adiòs

martes, 7 de octubre de 2014

La princesa y el lobo y el lobo


¡Vaya panorama de lo obsceno!

La princesa amaba al lobo. Lo sabía, lo supo y actuó.

Luego de una noche de amor y cortesía, el príncipe lamió a la ninfa en el pubis, detrás de una de las tantas cortinas del castillo junto al burgo. La empujó por debajo del trono, le gustaban los lugares públicos, al señor.

Ella sabía que el trono es una silla envuelta en terciopelo, una vez hubieron de decírselo, con sangre en la boca. La princesa amaba al lobo. Lo sabía, lo supo y actuó: tomó el cuchillo -el que más filoso le pareció- al abrir el cajón de los cubiertos de la cocina con anterioridad. Descabezó al cortés con sumo cuidado. Cortó primero las venas y arterias indicadas, refinado saber que hubo de aprender en uno de los libros de anatomía de avanzada de aquella época de luces, a los que tenía acceso. Le era fácil ese hacer del bisturí.

Colgó la calavera entre los pliegues de la cortina de tul. Gritó al monte. El lobo escuchó el aullido y respondió. Devoró la carne del príncipe. La vomitó luego en el río cercano, mientras ella le metía los dedos en la garganta. Lo abrazó luego de vomitar los últimos restos. Le dio un beso de lengua muy violento, como recompensa.

Y, ella usaba su cuerpo como percusión. Su sala de conciertos, era su pecho. Y sus manos.
Eliana cambiaba su rostro al gritar desnuda. Su pelo cambiaba de color. Sus rasgos se volvían diferentes. Se convertía en Elizabeth, la reina del serrucho.
Su piel a veces era seda o martillo.
Su piel era seda, a veces.

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jueves, 31 de julio de 2014

Hacer sangrar a los dioses a las diosas


I

Las palabras crean el mundo.
Y,  yo lo pongo entre tus manos
para que hagas lo que quieras con él.


II

Entra en mi palabra
Arrodíllate, arrepiéntete, cállate.

Un canto de cisne, me invoca.

- No esperes nada, de los que nada hay que esperar-

Dedicamos rezos a los santos equivocados.
Y, nos suelen gustar las vírgenes más hermosas.


III

-“Si has hecho a dios, sangrar.
   Si has bebido
  el sudor de su frente,
  junto a su sangre.

Si has permitido la injuria,
de la violación de las ninfas, las gallinas y las vacas,
el ultraje de las sirenas y las campesinas
por parte de aquel dios todopoderoso.

Si tu lascivia,
te ha hecho atragantarte con tu silencio,
lo sabes:
eres humano.”-


IV

-¿Es que, hay algo que no sea frágil?
Si hasta las catástrofes, se desvanecen en el agua.-

¡Sultán al fin!
Siempre fuiste soberano de tu cuerpo.

¡Un espejo!
Mirarse el iris entre equiláteros.

Te han mentido, te han dicho
que debes ganarte la vida,
aquella que ya te has ganado, al respirar.

Celebrar el adulterio de la virgen sucia, descalza, sin corpiño.
Abrazar a los dioses que viven dentro del esternón,
por entre las uñas y las amígdalas,
en el abrazo de un adiós y en las lágrimas de los animales.

Saber donde golpear,
para hacer caer
el fruto.

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lunes, 2 de junio de 2014

Si el día se muere [líneas sobre la existencia]



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Pero, ¿es que nunca te has dado cuenta?

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Que, en verdad nosotros no existimos “de hecho”
Sino que, sólo existimos en el contacto.
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En los ojos que se ven.
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La piel que se une a otra piel.
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El sonido que presagia una llegada.
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Como una chispa que se enciende
cuando dos astros se rocían
y, nada más.

Cuando dos cuerpos se tocan
Impactan
Se, impactan.
Y, si la luna fue parte de la tierra.
Y, si la tierra una vez fue agua.
Y, si hubo una vez en la que todas las rocas
fueron sólo
una.

El viento, un día, habrá de parar su soplido.
Y, todo volverá a ser vacío.
[.]

Lo demás es inercia,
no hay uno sin otro.
No soy yo sin vos.
No soy vos sin mí.

Ya no hay sol, ni luz
Y, la que brilla es tu sombra.

Y, si el día se muere, yo lo sostengo entre mis brazos.
Escucho, entonces, su respiración pausada,
Su sonrisa transparente.
Su paz imperturbable.
Si el día se muere, yo lo sostengo,
Lo abrazo,
Le digo
adiós.
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lunes, 14 de abril de 2014

Dijo llamarse Nuria



Ahora, caliente bajo mis pies.
Un marco vacío.
Una historia contada,
Alguna vez.

Que ya no es,
Que ella no es,
más,
Y nunca ha sido

El trabajo como cruel realidad.
Tristezas pegotes en el colectivo y,
-¡abrí, porque no se puede respirar!-
¿Por qué no se puede
 respirar?

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¡Salir!
Alejarse de los motores de mala combustión,
Conocer aquel pasto que nace fuera de las macetas,
Ver al sol que no es tapado.
Sueño, uno. El mío.

Pegarle a las palomas, con el paraguas,
o los pies, o los zapatos; oh, rito urbano,
Ya no las vemos,
Ya no importa,
no.

Hacer un gesto.
Vos sos,
vos sos mi bondi
¡Vos!
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domingo, 9 de marzo de 2014

Fui universo, una vez



 .

Dio vuelta su zapatilla,
y de ella brotó un hilo de arena
que se arrinconó en un pequeño montículo.

El piloncito se hizo monte; y el monte, montaña.

La arena comenzó a tapar
sus rodillas.

Y, entonces, comenzó a llover.


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-El agua es la vida-, pensó.
-Es la lluvia y el hielo, es la carne y la escama-, pensó.
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Comenzó a bailar, dibujando círculos sobre el piso.

-¡El suspiro es aire!-, gritó
 -El agua hace al aire, el aire abre la carne,
  ¡y, el viento todo,
   se lleva!-

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Desde lejos, ella lo miraba. Y, es que, quizás, solo aquello que se ve de lejos, sea perfecto.

Porque lo perfecto, no es real. Porque lo perfecto es la ilusión hermosa. Es la isla al frente, es el beso que aún no fue dado.

Ella era perfecta, para él.

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Él le dijo, entonces,

“Fui universo, una vez.
Y, entonces, también yo amé lo perfecto.
Pero ya no lo hago más.

Amo la tierra y la piel,
la piel que puede tocarse.

Y, no quiero ser la imagen de tu sueño,
quiero ser hombre y nada más.”

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Toda fruta, madura.
Entonces, algunas, caen al suelo.
Y, otras algunas, son arrancadas por manos, o dientes.

Amar al aire que nos respira,
y al viento que alimenta al sol.

Todo rostro, madura,
Como la fruta, como el sol.

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