
La línea a foja cero, siempre es tan delgada, que no la vemos debajo de la zapatilla. La noche, a veces, es larga y sin estrellas. El desarrollo de la historia es implacable y la nuestra se baña en nafta diesel. El aplauso sin ahogo, del rivotril barato, la fantochada del alférez del susto cortado.
“I'm free, to be whatever I”
Oír el himno de la media naranja, hecha jugo. Ese instante de bardo oblicuo, ese soplo ácido que sucede de a ratitos, la metamorfosis sin aviso del cambio de piel, de mujer y lentes a nena y sueños, delay de percheros de caoba rebosantes de trapos azules y negros de laburo. Hasta que casillero vas a manguear espectros, bella durmiente con despertador de celular.
“Get a grip on yourself”
Quien irá a desenredarte de las sábanas de la cama que desarmaste con tanto apetito. Me guardo un poco de vos, si. Sólo resta hacer lugar, en el cajón del ser, amontonando despojos contra el vértice derecho, picándole lugar a lo que viene.
“But now it´s all gone, and you know it's no fun”
Ese impulso a guardarte algo de cada muchachita: un primer beso, la despedida de una princesa; la venia materna de la pibita; los anteojos de la jovata; el vestido por las rodillas en el parque y la última curtida que supiste jugar en casa ajena. No hay adición en este mambo, se restan los retazos, se muerden entre sí, juntan polvo y sólo hacen más denso al cajón.