
La génesis de esta espuma se chupa los dedos con dulce de leche.
Y el día es como puede, se arrastra como debe hacerlo, de a cuatro patas: una primero, la otra después, a ritmo de disco rayado. Los besos mueren en las esquinas con mucha luz, el amanecer toma la antorcha con las garras, se pone de puntas de pie e ilumina lo que había sido vedado. El conocerse después de tocarse por demás, el rechazo de las 6 am.
“Forget the night!”
Tu pelo negro ahora es castaño, ya no brillan tus ojitos, adonde se fue la mujer que movió recién las placas tectónicas. No me veas la barba, muñeca, hace tiempo que me afeito sin ganas. Las relaciones nacen de a dos y terminan en doble cero, ¿cómo querés morir conmigo?
“One for tomorrow, one just for today”
Le suelto la mano frizada, remolca sus ilusiones perdidas al taxi, sabés que es una cara más para olvidar. Otra cruz en el remolino de círculos: tenés otra mujer atascada en la garganta, sus besos por detrás de la nuca quedaron soldados con amor fundido. La pensás en tu remolino, la revivís, la volvés a enterrar… nadie te extraña, rufián. Lo que no se come caliente, se enfría. Y si el frío se asoma al puré de calabaza, no hay tenedor que se banque el espesor.