I
La razón infinita de no tener
razón.
Porque, ¡quién necesita tal cosa!
Es que, ¿es posible elegir la velocidad
a la que las uñas crecen?
¿Es posible decidir sobre el peso
de un sentimiento?
A veces me pregunto, si es que
hemos convertido a la conciencia en esto.
Si es que somos un género de
animales mentales en base a un equívoco.
A veces me pregunto, si es que
podríamos ser de otra forma.
II
Como el buen jugador de ajedrez,
que no juega contra otro, sino contra la representación de todos los juegos que
hubieron existido, contra todos los que se han dejado constancia -en los libros, en los
sistemas de información, en su cabeza-.
Así, como aquel jugador enfrenta
a todos los jugadores invisibles que ya no están allí, nosotros nos enfrentamos
a todo un mundo que nos precede. A todas, nos enfrentamos: a cada una de las
jugadas de aquellos jugadores que ya no están. Esos caminos trazados a trocha
gruesa sobre un suelo que tenemos que seguir o, al menos, mirar de reojo.
Antes de mover la pieza lo
pensamos unas cuantas veces. Luego de moverla, en la cuenta caemos: la pieza se
ha movido, sí, pero dentro del tablero propuesto. No nos hemos siquiera
acercado a su límite, al fondo del juego.
Hay poco aire, dentro de la
cuadrícula.
Debemos jugar de otro modo.
Provocar que las piezas se
encastren entre sí.
Que tomen un peso específico
diferente.
Hacer implosionar al tablero.
Quebrarlo por su mitad.
.
.
.
.
.
.
Ojalá se pudiese elegir el peso de los sentimientos.
ResponderEliminarHermosas palabras Xaj..
Si nos fuera dado ese poder, Maga, quizás sería terrible.
EliminarMirá lo que hemos hecho, con los poderes que nos han dado.
Gracias, muchas
Tantas veces me pregunto si podríamos ser de otra manera...
ResponderEliminarOjalá no pensáramos tanto.
Hacía tiempo que no pasaba por acá, está tan cálido como de costumbre. Le dejo un beso.
¡Tanto tiempo, muchacha!
EliminarGracias por la calidez.
¿En qué has andado, en este tiempo, en qué?
.
El desesperante problema de nuestra propia finitud...
ResponderEliminarQuizás el problema es que lo tomamos con des-esperación.
EliminarQuizás.
¿No?
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No podemos quebrar nada, las múltiples jugadas no son más que partes de nosotros mismos.
ResponderEliminarAmén, hermana.
EliminarRealmente me agrado poder leerlo...
ResponderEliminarNo se, mientras leía se me apareció esta frase en la cabeza "La conciencia es más pesada que los sentimientos, estos ultimo nos devuelven a nuestros orígenes extinguiendo un poco la voracidad de la mente…"