Las aguas del goce,
desbordaron los diques
y brotaron de mis ojos
[Basavanna]
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http://youtu.be/ETYQX4qbNas
desbordaron los diques
y brotaron de mis ojos
[Basavanna]
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http://youtu.be/ETYQX4qbNas
I
Hace
no mucho, el alcalde de un pequeño pueblo al sur de Italia prohibió a sus habitantes
el poder morir. Montado sobre una tarima de madera, el funcionario gritó, una
tarde de verano,
¡En este
pueblo, de ahora en adelante
prohibido
está morir!
No será
permitido, de ahora en más,
cruzar el
límite de la vida terrena para ir al más allá.
¡Nuestro
pueblo necesita trabajar más y morir menos!
Morir,
entonces, en aquel pequeño poblado, fue similar a robar o asesinar.
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Morir,
era un acto de ilegalidad.
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II
Aquellos
fragmentos de existencia, tan nimios, tan pequeños y difusos que nos rompen la mandíbula
clavada al cráneo. Pensamos que sólo arde el calor del fuego o la hornalla de
la cocina. Pero, el frío
también quema la piel, aunque de una manera disímil. Se vuelve necesario
comprender aquellas formas diferentes de arder.
Pero, ¿dónde se encuentra la manera, el camino para soportar la idea de la
extinción permanente de uno mismo, de la carne y los gusanos, del olvido
inevitable?
¿A cuántas personas ya has visto por última vez?
.
III
Los
niños prematuros, en contadas ocasiones, nacen sin latidos del corazón. Llegan
a la existencia sin frecuencia cardíaca ni respiratoria. Por ello, se los deja
en observación unas horas en una habitación cálida, para que surja, quizás, una
respuesta automática del cuerpo. Una señal de vida, un asomo de la vida que los
humanos sabemos identificar.
Se
espera con sigilo, en silencio. No se sabe si ha nacido alguien con vida, o si
la vida apenas comenzó en un cuerpo que ya no es aquel. Algunos chistan a los
que se acercan con murmullos, temerosos de no poder escuchar el susurro de un
corazón que ha despertado.
.
IV
Algunos han
dicho que los hikikomori son muertos en vida.
O, también, dicen que son vida muerta,
que el sistema [léase, los hombres y mujeres que lo crean día a día] ha
destrozado entre sus dientes de navaja.
Los hikikomori
son jóvenes japoneses que encierran sus cuerpos en una habitación durante
períodos prolongados, generalmente largos años. Los come la tristeza, no
conocen la amistad. Duermen y se tumban frente al televisor durante el día. Por
la noche, mueren lentamente frente a la pantalla de sus computadoras. Algunos fueron
estudiantes exigentes o buenos empleados administrativos, pero hubieron de
implosionar por dentro, estallando en esquirlas que se clavaron en su carne más
blanda, en la matriz interna.
Algunos dicen
que todos somos hikikomori, en potencia.
Es que, ¿no
ves la marca de los molares, ahí, por detrás de tu espalda?
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buenisima entrada, muy interesante, buen finde para vos!
ResponderEliminarTemblé.
ResponderEliminarGusto!
ResponderEliminarAquellas personas que nunca más van a habitarte, el olvido, la verdadera y necesaria muerte humana. La transformación de la materia es tan sólo una vuelta más del espiral.
ResponderEliminarLos niñitos prematuros y su fuerza, la fuerza que siempre es un atributo de los sobrevivientes. Los niñitos que se aferran a la vida como a los deditos, con tenacidad.
Un gustazo Xaj!
Bueno Xaj, ante todo gracias por llegara mi blog, y así he podido ver el tuyo.
ResponderEliminarVamos que me ha encantado.
Me gustaría que nos hiciéramos seguidores, así no nos perdernos si quieres claro, que ojala sea que si.
Supongo que tenia que ser un hombre el que decidiera por otros el que hacer, y el morir,estamos tan mal diseñados...
Besos y que sepas que me has encantado.
Hace un tiempo escribiste en mi blog y por eso llegué al tuyo, de cuando en cuando te pispeo, aunque no te deje nada escrito. Me gustó mucho esto que escribiste. Y el final del post anterior, genial. "No idolatres. No idolatres al dinero, ni a las cosas. Tampoco a las personas".
ResponderEliminarSaludos! Vale.
Nuestro querido Sábato decía (entre otras verdades) que ese estar monótono frente a la televisión, anestesia la sensibilidad, hace lerda la mente, y perjudica el alma.
ResponderEliminarEstamos perdiendo la calidez de la relación humana, cuerpo a cuerpo.
Ese placer de salir afuera y mirar los árboles, simplemente porque son hermosos.
"la computadora, será la vetana por la cual el hombre sentirá la vida (así de indiferente
e intocable)"
Tenemos que encontrar la belleza en el pequeño mundo a nuestro alrededor.
Y querernos más.
Sobre todo, querernos más.
Saludos, xajito.
Asocio a la piel fría de los muertos, y el calor a los labios con vida que se ciernen sobre una frente para dar el último beso, el de la despedida. Es verdad que el frío también quema, en diferentes niveles. El peor es el frío que quema por dentro, como un fuego helado, y no hay rayito de sol que lo apague, o lo entibie, o lo derrita.
ResponderEliminarPara alucinar un poco está bien.
ResponderEliminarSaludos ;-)
"¿A cuántas personas ya has visto por última vez?" ... me encantó. Te sigo.
ResponderEliminarSalutes!