I -[su dios]
Las
rodillas gastadas, le dolían. Julieta esperaba con ansias la venia del sacerdote,
aquella que llegó finalmente aprobando el ardor de los devotos arrodillados,
que se levantaron con esfuerzo de la complicada posición. Los santos arremangaban
sus camisas de trabajo luego de la misa, y los hombres y las mujeres volvían a
desearse las faldas, otra vez.
Pero, no
todo allí terminó. Los más fieles -los piadosos con más ganas y los que habían
cometido las peores atrocidades- desempolvaron sus ropas con pequeñas sacudidas
y dieron unos pasos hacia el cuartito contiguo. Se desplomaron, entonces, en la
sacristía, arrodillados por sobre sus rótulas, presionando el hueso y la poca
carne que existe sobre las rodillas. Murmuraban, susurraban, mordiéndose el
paladar,
Oh, Dios, he pecado
Oh, Dios, he vuelto a pecar
Oh, Dios, cómo me ha gustado
el volver a lastimar,
Julieta no los acompañó, se sentía limpia ese
día. Tenía el cuerpo recién bañado y el espíritu vuelto algodón. Algo de barro
seco restaba entre sus uñas recortadas con cuidado y la carne que se escondía
por debajo de ellas. Lo sabía sin saberlo.
II -[un hombre]
Uno se pasa la vida escribiendo
letras, trazando líneas para que alguien las lea, alguna vez. Esas líneas que -tal
vez- hablen de nosotros. Como un grito en una lengua extraña que nadie comprende
y que alguna vez habrá de ser comprendido. Julieta, una vez -sólo una- quiso
desmenuzar mi rugido.
.
.
Me habló
del sotavento. Cuando la fuerza de un viento impacta contra una superficie -el
frente de una montaña, por ejemplo- deja la mayoría de aquella fuerza, su
humedad y vitalidad en aquella superficie. El sotavento es la parte protegida –el
lado de la montaña que no recibe el impacto de la ventisca- El sotavento es
aquel resguardo y por eso todo allí se conserva, como un arbusto que es
protegido del viento; pero, al amparo de esa seguridad, la humedad –la vitalidad,
la fuerza- no llega y por ello el arbusto, por lo general, es flacucho y se
alimenta a flojas bocanadas, a mendrugos de agua y sal.
Julieta me
miraba desde ahí, me miraba. Y me hablaba del sotavento. Si el cielo se vuelve
noche, ya no hay nada que no pueda suceder. Y esa noche, sucedió.
-Y cómo es la carne de los crustáceos, cuando
uno muerde su piel- Es desgarrador, así fue su epígrafe. Quizás,
cuando sea arrasado por un destello de luz, la entienda.
III - [la
vida]
Julieta, te he robado tu vida,
la he puesto en un cajón
junto a las medias que no uso demasiado.
Yo te libero, Julieta, de los fantasmas de tu espanto.
Serás mi carne.
Yo, mujer.
Yo te voy a hacer morir.
Volvió el titán... Saludos
ResponderEliminarQue lindo, Saludos Xaj (:
ResponderEliminarA mi también me hablaron del sotavento, sólo que refiriéndose a la caza...
ResponderEliminarZarpado!!
ResponderEliminarMuy bueno
Saludos!!
http://paradoenelabismo.blogspot.com
Copado, "El Blog que nadie lee" (menos mal) jeje ese es el mío pero posta XD . Gracias por pasar x mi blog... me gusta lo que leí de lo tuyo, igualmente tengo q ponerme a leer bien y con tiempo.
ResponderEliminarUn saludo!
los años que estaba sin pasar por este blog! encantador siempre!
ResponderEliminarLe dejo un beso grandote. :)
Que lindoooooooo lo que escribís n______n
ResponderEliminarHe estado con mucho trabajo y muchas cosas en la cabeza y havía mucho que no pasaba por aquí y, ahora que vuelvo, no sé cómo pude estar tanto tiempo fuera.
ResponderEliminarA ver si me libero yo también pronto de mis fantasmas, como Julieta...
Muxuk...
el otro día fui a la fabricicleta a una fiesta!
ResponderEliminarquizás nos vimos y no nos vimos no? jaja
besos
hey, y cada vez me gusta más tu prosa, linda con la poesía de una forma encantadora.
ResponderEliminarGracias por dejarme disfrutarla
We es hermoso tu blog!!! Me encantó!!! El nombre es muy nada que ver jaja pero esta bueno, es ORIGINAL Y ESO ME GUSTA!!! Es demasiado lindo tu blog así que decidi seguirte! Cuando tu quieras puedes pasar por mi blog :) Besitos
ResponderEliminarme gustó mucho esto Xaj!
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